lunes, 26 de noviembre de 2012

Dos

Dos son los meses ya que Padua y yo llevamos juntas (sí, lo nuestro se está convirtiendo en algo serio) y, en este último mes, Padua me ha dado mis primeras veces de sentirme como en casa, frío en la punta de los dedos y en la nariz, que se me empañen las lentillas y que el aliento se me condense en los labios. Me ha dado mi primer cine en italiano, la niebla y la horrible sensación de no sentir las manos; y las hojas amarillas de los árboles sobre el suelo y en la cesta de mi bici, y recibir mi primera carta desde España, y unas decenas de palabra en albanés. Este mes ha sido muchas comidas hasta reventar, y un japonés y un Welcome back y aprender a llevar la bici con una mano. Ha sido empezar y terminar con el se tu vuoi, el Pulcino Pio y descubrir que el cuerpo del erasmus no está diseñado para hacer ejercicio. Este mes ha sido alcohol y promesas rotas de no volver a beber jamás y descubrir las galletas más ricas del mundo. Y que Amazon me mande la funda del Kindle... pero sin el Kindle. Deberes de italiano, T.P., comer sola pero no, desvivirse por encontrar unos auriculares... Spritz, castañas y tiramisú. Este mes incluso ha sido un poco de algunos días de mal humor y unos muchos tantos de tontería... 

...¡ah! y un TVTB y un montón de corazones de papel.

Otro pedazo de Padua: mi primer otoño.

¿Me corrige alguien los deberes?

En el curso de italiano en el que taaaaanto aprendo (NO) a veces me mandan deberes que no hago, pero la semana pasada me mandaron escribir una redacción sobre la inmigración y hoy me levanté con el pie derecho y me dije: "venga va, no hay nada que me apetezca hacer más después de seis horas de clases. ¡Voy a hacerla!". Y nada, que la he hecho, estoy muy orgullosa de ella y todo eso y... ¿alguien que sepa italiano quiere corregir mis tropecientos mil cuatrocientos cuatro errores? Es para mañana. Gracias.

L'IMMIGRAZIONE

Immigrare, sulla carta, è l'azione che fa una persona che arriva in un paese straniero con l'intenzione di rimanere là. Infatti, sulla carta (esattamente sulla carta della Dichiarazione Universale dei Diritti dell'Uomo) anche si dice che "ogni individuo ha diritto alla libertà di movimento e di residenza entro i confini di ogni Stato" o che "ogni individuo ha diritto di lasciare qualsiasi paese, incluso il proprio, e di ritornare nel proprio paese" (articolo 13) o, perché no, "nessuno può essere arbitrariamente privato [...] del diritto a cambiare di nazionalità" (articolo 15).
Ma la realtà attuale è che, come tutti sappiamo, i diritti umani sono usati abbastanza spesso come carta igienica e che, in tanti casi, la situazione dell’immigrazione viene sintetizzata in una relazione abbastanza stabile e con previsioni di matrimonio tra le parole immigrante e xenofobia. Molto difficile è trovare nella strada dal nostro bel paese ospitante un cittadino rispettabile estremamente felice perché gli stranieri molto stranieri vengono a rubare il loro lavoro, a sfruttare il loro sistema di sanità o a riempire di droga e delinquenza le strade delle città che, se non fosse per questi "strani" potrebbero essere prese da un libro di Aldous Huxley. E che cosa possiamo dire se questi invasori anche, oltre ad essere "strani”, lo sembrano?! Strade piene di neri, arabi e cinesi rovinando la nostra economia e minacciando la nostra cultura!!
E, beh, in realtà, saltate il paragrafo prima perché tutto quello che ho detto è una bugia (almeno la metà). Perché l'immigrazione, come tutto in questa vita,  ha due modi per guardarla, anche agli occhi della stessa persona. Perché non è lo stesso l'immigrante che attraversa il mare in una piccola imbarcazione, malnutrito e senza un euro nel portafoglio, che l'immigrante che vola in prima classe; anche se loro due vanno alla ricerca di una vita migliore. Sebbene quest'ultimo anche va a rubare un lavoro, ad abusare della sanità o a prendere una riga di cocaina. Perché non è lo stesso essere un immigrante illegale, dove ti senti al 100% immigrante, che attraversare l'Europa con un diploma di laurea sotto il braccio... Non è lo stesso!
E soprattutto negli ultimi anni, caratterizzati da una unificazione globale attraverso la tecnologia e i danni della crisi economica mondiale, possiamo vedere questo spesso: giovani laureati e intelligenti che, per esempio, escono dalla Spagna per lavorare come ingegneri in una grande multinazionale tedesca o come medici in un ospedale in Svizzera.
Sembrano quasi quotidiane i casi di studenti universitari europei (e alcuni non europei) che sfruttano che "non ci sono frontiere nell’Europa" per proseguire i loro studi in questo o quel paese o commettere l'audacia di innamorarsi, sposarsi e di stabilirsi molto lontano da casa... Lo vediamo ogni giorno... E quello che è più sorprendente è che questi giovani possono sentirsi stranieri ma non immigrati... Come non si sente immigrante il norvegese che sceglie di vivere la sua pensione nelle Isole Canarie o il pop star spagnolo che vive a Miami... Anche io stessa, se domani decidessi trasferire il mio file all'Università di Padova e vivere qua, è possibile che solo mi sentissi abbastanza estraniera, ma non troppo immigrante...
Ma, naturalmente: non è lo stesso!
Perché è chiaro che nel secolo XXI, quando si parla di immigrazione, nessuno pensa in noi stessi sfruttando al massimo le possibilità del mondo. No. Noi tutti pensiamo in estrema povertà, in scappare, in cittadini di seconda classe a qualli noi li facciamo un favore aprendo le porte del nostro meraviglioso paese. Pensiamo in barche e imbarcazioni di piccole dimensioni. E nella carità. E nella droga. E nel crimine. E pregiudizi bla bla bla... Perché non pensiamo che "ogni individuo ha diritto alla libertà di movimento e di residenza entro i confini di ogni Stato" e che non esiste questo dell'immigrazione di prima o seconda divisione. Perché non pensiamo nell’arricchimento culturale oppure in un mondo senza frontiere per tutti... ma, naturalmente, non è lo stesso!

domingo, 25 de noviembre de 2012

Navidad, oh, dulce, muy dulce, diabética, Navidad

Por todos es sabido que no me gusta la Navidad (y si no lo sabías, ya te lo digo yo: no, no me gusta la Navidad y el Grinch a mi lado es un aficionado), pero ayer me gustó un poquito... y lo digo así, con la boca pequeña no vaya a ser que se gafe. 

Como en todas las ciudades del mundo, en Padua la Navidad llega a las calles mucho antes de que Papá Noel se ponga a dieta para volver a entrar en el traje. Concretamente, a esta ciudad que durante este año es mi hogar, la Navidad llegó hará unos diez días, cuando apareció un lazo rojo gigante sobre la fachada de uno de los edificios del complejo hospitalario y creció de golpe y porrazo un pedazo de abeto de Navidad en frente del Palacio del Bo. Ya se venden polvorones en los supermercados y la gente se pone esos jerseys caseros con rombitos taaaan monos (ironía MODO ON) y si caminas por el centro puedes toparte cara a cara con un mercadillo navideño... ¡Y, eccola, esta es la parte de la Navidad que me empieza a gustar!

¿Y por qué un mercadillo de Navidad me puede gustar tanto como para acabar mandando un montón de christmas a casa? Primero y más importante: porque no había villancicos. Y segundo, por esto:



¡CHOCOLATEEEE!

Yes, ladies and gentlemen, estamos hablando de un mercadillo 100% comestible, 99% chocolate (1% mazapán), del infierno de los diabéticos, de la perdición de Hansel y Gretel, de mi mejor sueño hecho realidad, del paraíso de los golosos... ¡del mercadillo navideño perfecto! ¡Ay! Que se me escapa una lagrimita y todo... Venga ya, termino aquí, que voy a echar las felicitaciones de Navidad al buzón.

Buon Natale a tutti!

PS: ya tengo mi calendario de Adviento eeejejeje.

Mi primera palabrota en albanés

¡Já! ¡He engañado a mi profe de albanés para que me enseñe una palabrota! ¡Chupiiiii!

Kurvë: puta.

Úsenla con moderación y recuerden que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Ganarse el cielo un sábado noche

Anoche me gané el cielo de una manera asombrosa, increíble, brutal, alucinante... porque en vez de salir de marcha y acercar un poquito más a mi hígado hacia la cirrosis, me quede en la resi ayudando hasta las 3 a.m. a una amiga a hacer una sbobine (una comisión) de Anatomía. Desde ya digo que hacer una comi en italiano no es más complicada que hacerla en español (exceptuando el hecho de que muy de vez en cuando tienes que mirar en Google cómo se escribe alguna palabra). Y desde ya digo también que estos italianuchos no saben hacer comisiones. ¡No había visto más pérdidas de tiempo juntas en mi vida!: ¿escribir primero la comisión a mano para estructurarla? WTF?! ¡Están locos estos romanos!

En fin, eso, que he hecho como media comisión en italiano y puedo asegurar sin temor a equivocarme que no echo de menos las que hacía en español.

¡Un beso caraquesos!


viernes, 23 de noviembre de 2012

Një, dy, tre, katër, pesë...

Segunda clase de albanés (haciendo la digestión frente a un té/café) y ya creo que a veces entiendo alguna palabra suelta cuando escucho a mi amiga hablar por teléfono. Sí, sé que me estoy autoengañando, pero yo soy feliz así, ¿vale?

Aquí las palabras nuevas de esta semana:
- Faleminderit: gracias.
- Të lutem: de nada.
- Çkemi: hola (what's up, ciao...).
- Çeni: perro.
- Të kam xham: te quiero (ti voglio bene).

Y ahora los números:
- 1: një.
- 2: dy.
- 3: tre.
- 4: katër.
- 5: pesë.
- 6: gjashtë.
- 7: shtatë.
- 8: tetë.
- 9: nentë.
- 10: dhjetë.

* NOTA DE PRONUNCIACIÓN 1: el albanés no hay quien lo pronuncie bien.
* NOTA DE PRONUNCIACIÓN 2: la "ë" cuando va al final de la palabra no se pronuncia, a menos que la palabra sea monosílaba  Por ejemplo: en një sí que se pronuncia, pero en pesë no.


PS: Estoy intentando que la clase de la próxima semana sea de palabrotas, pero de momento no veo a "mi profe" muy convencida.
¡No entiendo por qué! ¡Ni que yo fuese a usarlas muy muy mucho! Con lo adorable que yo soy...Pssss...

Comer sola, casi pero no

Como soy un poco idiota, soy la única erasmus (que conozco) que va a clase (al menos con una frecuencia alta, que tampoco hay que generalizar, que a veces algún otro se equivoca y se pasa por el aula), a veces me cuesta sudor y esfuerzo encontrar alguien con quien comer. Porque claro, yo estoy en clase, con un montón de gente que no conozco y con la que a lo mejor sólo comparto una asignatura, y todos mis amigos erasmus están durmiendo o mal-llevando la resaca (y mis otros amigos no erasmus están en sus facultades "a-tomar-por-culo" o comen a una hora que es insultantemente temprana para cualquier español), y eso, que a veces, me cuesta mucho encontrar alguien con quien andar a la mensa a la hora de comer.

Hoy no he encontrado a nadie y yo, con carita de pena, me he dirigido hacia la mensa más cercana, he hecho la cola, he cogido el almuerzo y, con la misma carita de pena y sintiéndome como la chica fea en el baile de graduación de alguna americanada de peli,  he ido a sentarme en el primer sitio que he visto libre... al lado del chico "simpático" que me tira los tejos en los T.P. (actividades teórico-prácticas) de SMC1 (una asignatura súper divertida en algún universo paralelo) y sus amigos, y mi plan de "comer-súper-rápido-para-que-nadie-se-dé-cuenta-de-que-estoy-sola-y-salir-cagando-leches-hacia-casa" se vio un poco frustrado y en su lugar me vi con dos horas y media de conversación, un mogollón de risas y una invitación al postre.

Que nada, que el destino no quiere que me sienta como una marginada ni siquiera sin querer. Y que por mí va bien.

Un bacio a tutti!

Mensa San Francesco

¿A qué sabe tu mañana?

El miércoles terminaron mis prácticas con el Dr. Molón y, aunque al final no molaba tanto como creía, ahora lo echo un poco de menos. A ver, no echo de menos que el pobre hombre no se callara ni por equivocación, ni su manía cargante de explicarle hasta a médicos casi más viejos que él hasta el procedimiento más simple, como si todos fueran un poco idiotas, o que la tuviera cogida con el tema de los nuevos fármacos antitrombóticos y me diera una clase magistral de dos semanas sobre el tema (en serio, ustedes no saben cuántos pacientes con fibrilación auricular se beneficiarán de este nuevo tratamiento, ¡pero yo sí! Pregunten, pregunten. Verán que lo peto), o que sus conversaciones fueran monólogos donde yo apenas podía intervenir, o que no supiera caminar y hablar a la vez, o que quisiera que me mojase el culo para organizar un congreso en Las Palmas donde lo invitasen porque tiene muchas ganas de ir Canarias pero sin pasar por la agencia de viajes... Vale, hay muchas cosas del Dr. Molón que no molaban, es más, eran cosas que me traían de cabeza y me tentaban de empujarlo por el hueco de las escaleras, pero, increíblemente, hoy, dos días después, echo de menos que cada mañana me invitase a tomar un zumo (porque no me gusta el café) y que como no me sabía los nombres de las frutas, me hiciese tomar un zumo diferente cada día, para así aprenderlas (me cuide muy mucho de pasar del zumo de Kiwi pero por lo demás cumplí a rajatabla), o que me llamase media hora después de terminar mi último día de prácticas para ofrecerse a escribirme una carta diciendo lo "brava" que había sido en las prácticas para ver si así lograba una nota mayor o, yo que sé, para que mi madre la pegara en la nevera... Echo un poco de menos al Dr. Molón porque a pesar de que es médico desde hace casi 30 años todavía le importan los pacientes y los trata así, como si de verdad fueran una cosa importante (pobre hombre, tantos años en la profesión y no ha aprendido nada) y habla con ellos en vez de fingir que no están delante, y porque a pesar de ser un poquito idiota todos parecían quererle mucho...

... Y porque mis mañanas ya no saben a anana, pesca,albicocca, ace, banana, arancia, pera... y son más de legañas y una taza de té.

... Y porque en realidad el Dr. Molón mola.



lunes, 19 de noviembre de 2012

Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, "të dua"

Voy tan sobrada con el italiano que estoy aprendiendo albanés. Sí, la vida es así, soy demasiado inteligente como para sólo aprender una lengua extranjera a la vez y encima latina, por favoorrrrr. El albanés es un reto más acorde a mis capacidades intelectuales superiores. Eso, y que he hecho una nueva amiga que es albanesa que es tan adorable que a veces (sólo a veces, que yo también tengo días tontos) me dan ganas de aprender ese idioma tan raro que tiene ella que parece inventado. Sin embargo mis esfuerzos no han dado sus frutos: sigo siendo incapaz de leer el alfabeto bien y mi vocabulario se reduce a una decena de palabras roñosas y ninguna palabrota (- Eso no puede ser, María Teresa). Sin embargo mi nueva amistad (mis otras nuevas amistades) sí que hace cosas por mi deseo masoquista de ser políglota: como ella no habla español (aunque es capaz de entender el 50% de mis conversaciones telefónicas %@#!/) y en breve demostraré que yo no hablo albanés, nuestras horas y horas de conversación después de medianoche tienen que ocurrir por fuerza en italiano. Al igual que son en italiano las pelis que vemos o los sms que nos mandamos porque WIND nos los da gratis y porque nos aburrimos muy mucho. Y eso, que no, que no sé hablar albanés, pero que ahora soy capaz de usar el sarcasmo en italiano (tiembla Padova) y de debatir sobre la donación de órganos y los bebés anencefálicos. Ya. Lo sé. Lo peto.

Aquí todo el albanés que sé:
- Natën: buenas noches.
- Mirëmëngjesi: buenos días (pero en plan recién levantadito, con ojeras y legañas).
- Miredita: buenos días (ya aquí nos hemos lavado las legañas, y suena tan parecido a mierdita que el ataque de risa me duró 5 minutos).
- Mirupafshim: adiós.
- Zemër: corazón.
- Si je?: ¿cómo estás?
- Mire: Bien (no sé decir mal, así que siempre siempre estaré súper bien).
- Po: Sí.
- Jo: No.
- Shqiperi: Albania.
- Të dua: te amo.


Hacer las cosas de siempre pero aquí

Sé que hace un porrón de tiempo que no escribo pero tengo una muy buena excusa: la pereza es una enfermedad muy fea. Va, bien, no es una excusa válidad, pero es la verdad.

Desde mi última entrada han pasado cosas, muchas, algunas sobre las que intentaré escribir en entradas posteriores (pero no prometo nada) y algunas sobre las que no escribiré JAMÁS (¡hola mamáaa!). También quiero escribir entradas útiles sobre cuánto cuesta la vida en Padua o el papeleo a la italiana.... (pero tampoco prometo nada). Es más, ahora, en este momento, en el que estoy tumbada en la cama con el portátil sobre el ombliguito después de un día de ir a prácticas, a clase, de hacer la comprar y limpiar el cuarto, me propongo escribir un par de entradas de un tirón y quedar como una reina (o al menos guardar algo en la despensa para otro periodo de prolongada pereza) pero no prometo nada porque hacer el idiota por Facebook también me llama.

Bueno, va, después de dos párrafos de tonterías demostrando que sigo viva va la entrada en sí: cómo me he acostumbrado hasta tal punto a Padova que ya hago aquí casi todas las cosas que hacía en Las Palmas (y no, no me refiero a hacer la compra o limpiar mi cuarto, porque eso NO lo hacía en mi casa). Me refiero a cosas como ir al cine, así porque sí, de plan de sábado tarde o ir a almorzar Sushi del modo que a mí más me gusta: ¡paga 10€ y come hasta que revientes! Con esto quiero decir que ya no todas las salidas son para hacer cosas típicas de italia, ya todo no es salir a beber Spritz, a marchas erasmus, comer pizza o dar un paseo con un gelato italiano chorreando entre los dedos, no. Con esto quiero decir que me siento como en casa casi siempre, aunque con más frío, y que me he dejado convencer para ir a ver la segunda parte de Breaking Dawn al cine (sí, pagando lo que cuesta el cine) en italiano y casi casi no me tuvieron que someter a tortura. Y bueno, va, lo admito... de las pelis de Crepúsculo es la mejor.



PS: aquí os dejo mi recomendación cinematográfica de la semana. NO. Pero al menos así pueden ver que en italiano hasta Crepúsculo parece una peli mejor.


domingo, 4 de noviembre de 2012

En los ojos de un isleño siempre se ve el mar

Ayer fuimos a Trieste. Trieste es una ciudad pequeñita, casi en la frontera de Italia con Eslovenia y que yo no sabía que existía hasta hace tres días (sí, lo sé, yo soy así, un increíble saco sin fondo de cultura y un as de la geografía).

Trieste está a la distancia de un madrugón y de 12 euros de tren. 

Cosas buenas del viaje a donde Cristo perdió las sandalias:
- Éramos un grupo grande y bastante variopinto (españoles, italianos, un brasileño, una finlandesa un alemán...) y pude practicar mucho italiano e inglés, e incluso dije algunas frases en mi alemán cada día más feo.
- Vi el mar. Y siendo como soy una persona que ha visto el mar casi a diario durante los 21 años de su vida, que lleva un mes sin siquiera atisbarlo, esto es importante. Me senté un rato al borde del muelle y miré hacia el horizonte echando un poco de menos estar en casa, que es algo obligado que tiene que hacer todo canario "exiliado" que se encuentre con las olas a sus pies... Después me levanté, dejé de echar de menos y me fui a beberme el chocolate caliente más caro del mundo.

Por lo demás Trieste es bonito, pero es un sitio que te haga flipar en colorines. Es una ciudad como otra cualquiera, sin mucho en especial, excepto esto de que tiene mar. Muchas veces incluso, caminando por algunas de las calles de la ciudad, si ignoraba las lenguas que escuchaba hablar, podía creerme que estaba en Triana, camino a tomarme un helado en el Fior di latte.






 PS: Trieste es más bonita de noche, cuando todo se ilumina.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Halloween y el arte de practicar el Origami borracha

El día de Halloween no pudo empezar peor: ¡nada más salir de casa se me engancharon mis vaqueros favoritos (vamos, los típicos que te hacen un culo chupi) a la bici y se me hizo un roto bonito bonito! Lo peor de todo esto es que se me rompieron en la puerta de la residencia pero yo llegaba ya tan jodidamente tarde a las prácticas que no disponía de 5 malditos minutos extra para cambiarme. Así que me pase toda la mañana con un orificio de ventilación curioso en la pernera derecha, con la bata abrochada hasta abajo para disimular, hasta que pude encontrar un hueco para meterme en el H&M (una de las pocas tiendas que hay por aquí cuyo nombre no me suena a chino y sus precios no duplican los de España) en busca y captura de algo decente que ponerme para el resto del largo día lejos de la residencia.

Bueno, ahora que lo pienso, el día de Halloween sí que podía haber empezado peor: ¡podía haber llovido! Además, encontré en el H&M unos vaqueros preciososssss, que me quedan mejor incluso que los otros, que quizás (quizás no, SEGURO) no me habría comprado si no hubiera sufrido ese percance con la bicicleta.

Y respecto a la fiesta de Halloween en concreto, pues por la noche sí llovió. Llovió mucho. Muchísimo. Mogollón. Mazo. Fleje... Así que el plan de fiesta bacanal hasta que el cuerpo aguantase quedo limitada a la fiestecilla de la resi, donde casi nadie tenía un disfraz en condiciones y la necesidad sacó a relucir la imaginación. Por ejemplo, yo fui de "zombie" y mi disfraz básicamente consistió en pasarme mucho mucho con la base de maquillaje y la sombra de ojos y usar el lápiz de ojos para pintarme cicatricez aquí y allá... pero también había un señor y una señora Obama que había abusado de la base oscura, unas gatitas con orejas de papel o un integrante de Kiss con una guitarra de cartón (que no se sabía Beth, así que ahí terminó mi conversación con él).

En la fiesta se acabó el alcohol pronto (debo admitir que yo tuve parte de culpa), también probablemente porque había más gente en la fiesta que los que se suponía que íbamos a estar. Así que a la 1 de la mañana me vi en la habitación de un chico brasileño (en realidad la habitación era de un amigo suyo, él está de okupa en la resi durante unos días) para beber de un licor de frutas que se había traído desde Alemania. Nos sentamos en la cama a beber y a hablar italiano... Y una cosa llevo a la otra y acabamos... ¡HACIENDO ORIGAMI! No, es en serio. Origami. Papiroflexia. Y ya. Yo hice un barquito y un corazón de papel y él se desvivió por intentar hacer una gruya, que no acababa de salirle... pero es que doy fe, hacer figuritas de papel estando como una cuba es más difícil que intentar ir en bici sujetando un paragüas.

¡Si es que a mí me gusta terminar las fiestas con estilo propio!






El Dr. Molón

Toc, toc.
- Avanti! - respondió una voz al otro lado de la puerta.
- Buenos días, estoy buscando al Dr. Molón.
- ¡Ése soy yo! Dime, ¿en qué puedo ayudarte?
 La estudiante se balanceó un poco sobre la punta de los pies y pronunció de corrido el discurso que había preparado:
- Soy una estudiante Erasmus y tengo que hacer un tirocinio de "una asignatura muy aburrida que no me gusta nada" y me han dicho que tengo que hablar con usted.
El Dr. Molón asintió con la cabeza, sonrió, e ignoró el tema de las prácticas completamente.
- ¿Española, verdad?
- Sí.
- ¿De dónde?
- De Canarias.
- Ahhhh, Canarias - y la sonrisa se hizo en ese momento más amplia en su cara hasta convertirse en esa estúpida mueca bobalicona que parecían poner todos cuando la chica mencionaba que era de esas islas -. Yo estuve hace unos años en un congreso de Neumología en Tenerife... las playas, el Sol... PRECIOSA.
- Yo soy de Gran Canaria - y Tenerife es caca... así que mal empezamos amigo mío.
Entonces el médico, reclinado sobre la silla de su escritorio empezó a contar la historia de su viaje a Tenerife, a hablar de lo tarde que cenaban los españoles, de lo parecidos que eran el italiano y el español y que incluso sus hijos comprendían los dibujos animados en español... y de lo bien que hablaba italiano la chica para llevar sólo un mes en Italia.
- Bueno, y respecto al tirocinio, si te soy sincero, no tengo ni idea de lo que se supone que tienes que hacer tú en las prácticas o si yo te tengo que firmar algo...
- Sí, un libreto verde...
- Ah, bien, ¿sólo? ¡Vale! ¿cuándo quieres empezar?
 - Preferiría empezar cuanto antes...- para no tener que salir de casa cuando haga un frío que congele hasta a los pingüinos y para poder estudiar para los exámenes.
- Yo me voy a un congreso esta semana, así que... ¿qué tal empezar el lunes 12?
- ¡Perfecto! ¿A las 8?
- ¿A las 8? ¡Estás loca! Las 8 para los españoles es como las 5 de la mañana para los italianos. Quita, quita. Tú ven a las 10.
En ese momento una imagen fugaz se hizo eco en la mente de la chica: ella yendo a las fiestas erasmus de los miércoles. Ella no teniendo que poner el despertador. Ella durmiendo por las mañanas en vez de sufrir los malditos 3ºC que podía haber en la calle a las 7 ... Le costó mucho no sonreír y casi, casi, se le escapó una lagrimita.
- ¿A las 10? Pero yo a las 11.30 tengo clases. Hay días que no podría quedarme mucho...
- Bah, eso da igual. Tú vienes, hacemos la ronda de mis pacientes y en una hora como mucho te vas a clase o a casa o a dónde quieras...
- ¿¿En serio?? - Dr. Molón podrías ser mi padre pero creo que te quiero.
- Sí, claro, una hora es suficiente - guiño. Sonrisa -. ¡Nos vemos el lunes 12 entonces!
- ¡De acuerdo!
- Por cierto, ¿cómo te llamas?
- Me llamo P.
- ¡Increíble! No te llamas María como todas las españolas!
- Bueno, en realidad mi segundo nombre es María - y conozco a relativamente pocas españolas que se llamen así.
- ¿Te cuento algo que no sabe nadie? ¡El mío también! Mis padres... blablabla... nací el día de... blablabla... en mi ciudad... blablabla... así que me llamo Molón María.
- ¡Ah! ¡Qué curioso! - sonrisa y.... CORTEN - Arrivederci!

El Dr. Molón... ¡já! ¡mis ganas! ¡OJALÁ!