domingo, 30 de junio de 2013

Los secretos de Bolonia

A pesar de que Bolonia está sólo a hora y media en tren de Padua, había ido postergando su visita hasta ayer. Curiosamente, la ruta que hice de la ciudad medieval ayer fue algo distinta de lo que acostumbro a hacer en las ciudades que visito. La Ruta de los Siete Secretos. Más interesante sin lugar a dudas. ¡Y a Dios gracias! Porque, aunque Bolonia es una ciudad con cierto encanto, no es de las que te quitan el hipo de una patada al plexo solar (hoy me he levantado violenta).

Le Due Torri de Bolonia
Los Secretos de Bolonia son siete (u ocho según quién te los enseñe). Son:

1) El reloj de la estación. Si sales de la estación, caminas un poco y te das la vuelta verás que de los dos relojes que coronan el edificio en lo alto, el que queda a tu izquierda está parado a las 10.25. Ésa es la hora a la que estalló una bomba en ese mismo lugar poco después de finalizar la IIGM y sigue parado en recuerdo de las víctimas del fascismo italiano. Unos metros por debajo se puede leer una placa con los nombres.


2) La pilila de Neptuno. Se cuenta que el escultor que creó la estatua de Neptuno del centro de la Piazza Nettuno le puso unos genitales considerables. El arzobispo, cómo no, se ofendió y mandó modificarlos. El artista no se lo tomó muy bien y aunque lo hizo, jugó con la perspectiva de tal manera que desde el convento que estaba en la esquina pareciera que parte de la mano de la estatua era su miembro en erección. Un cachondo el tío este.


3) L'arco della Voce. Cerca de la Piazza di Nettuno hay un cruce de galerías que se encuentran en unos arcos presididos por los cuatro santos más importantes de la ciudad. En este rincón de la ciudad se produce un efecto curioso. Si hablas cara a la pared bajo la estatua de San Petronio, patrón de la ciudad, la persona que esté en la esquina opuesta, debajo de la estatua de San Domingo, te escuchará. Es como lo de los vasitos de yogur unidos por un hilo de cuando éramos peques pero con más estilo. Las teorías por las que esto se construyó así son varias: para que los curas pudieran confesar a los leprosos, para que cuatro jurados pudieran deliberar sobre un reo situado en el centro, para que los cuatro santos pudieran escuchar tus plegarias....


4) El calendario solar de la catedral. Durante unos minutos cerca del mediodía entra la luz del sol por un agujerito en el techo del Duomo de Bolonia e incidí sobre una línea en el suelo de la Iglesia donde están marcados los días. Sólo dura unos instantes, y si está nublado OBVIAMENTE no sucede. Además, me parece que sólo ocurre durante determinados meses del año. El calendario tiene un error de un par de días.


5) Cannabis protectio. En varios pórticos de la ciudad hay grabados que señalan qué vendían los comerciantes que se refugiaban ahí. Posss hay una de la marihuana.


6) La ventana. Hay un pedazo de muro en las calles de Bolonia que no es tal. Si empujas ese cuadradito rodeado de grafitis verás que al otro lado hay escondido un rincón encantador de la ciudad.


7) El señor demoníaco  Cerca de la plaza de una iglesia (que diría cuál es pero es que no me acuerdo del nombre) hay una casa enorme que tiene los rostros de los que ahí vivían esculpidos. Cuenta la leyenda que el dueño de la casa se la jugó al arquitecto al que mandó construirla y no le pagó todo lo acordado y entonces el escultor representó su rostro con cara de malo malísimo y cuernos. Más majo.


Sin embargo Bolonia es algo más que estos siete secretillos, es más, a mí me enseñaron un octavo señalándome una flecha clavada en el techo y contándome una historia a lo Romeo y Julieta.

En Bolonia también podemos ver en la sede de la primera universidad de Italia los escudos de armas de todos sus Doctores Honoris Causa, entre los que se encuentra el del primer erasmus: Erasmo de Rotterdam. También, en esa misma sede podemos ver un Teatro Anatómico...

Escudos de Armas en la sede de la Universidad de Bolonia

Teatro Anatómico

¡Y qué sé yo! Se puede ir al parque Margherita, ver la tumba de San Domenico...

Iglesia de Santo Domingo

jueves, 27 de junio de 2013

A montárselo en Italia

Futuros erasmus con destino Italia, hoy os traigo una buena noticia. Los 100 Montaditos llega al país de la pizzaaaaaa (y tiene que hacerlo justo cuando yo me voy, ¿no? ¡Maldita sea!).


miércoles, 26 de junio de 2013

9

Recuerdo que al principio del Erasmus, hace ya una pequeña eternidad, me daba por escribir todos los días 26 un post resumiendo mi mes. Llegué a tres si no me equivoco (yo avisé de que la constancia no era lo mío). Y hablé de la nieve, de los viajes e incluso de mi primer examen. Después, no recuerdo por qué, dejé de hacerlo. Así que ahora lo retomo:

9


Hoy se cumplen nueve meses de mi Erasmus. Muchas cosas han cambiado desde que llegué, desde esa primera impresión. Ahora soy incapaz de distinguir el olor a pizza por la calle y cuando monto en bici sólo con una mano no me extraño por ver a tanta gente fumando. Ya no me sorprende que alguien pueda comer pasta todos los días de primero y ni siquiera abro los ojos por la mañana cuando resuenan las campanas de la iglesia. Las tormentas en las que parece que va a acabarse el mundo me hacen sonreír. Creo que hasta voy a echar de menos el sonido casi constante de la lluvia contra mi cristal mientras me hago una bolita debajo de mi edredón.

Muchas cosas han cambiado desde que llegué. Por ejemplo, mis palabras. Mis palabras han cambiado. Ahora me cuesta errores buscar sinónimos sin que mi cerebro se empeñe en meter una palabra en italiano. Me avergüenza decir que incluso algunas veces no sé a qué maldito idioma pertenece algún adjetivo con el que me obceco. Y considerando que aspiro a ser escritora no sé cómo de bueno pueda ser eso. Pero me divierte, todo hay que decirlo.

Yo. Yo también he cambiado una barbaridad. Y no me refiero a tener el pelo más largo, la piel más clara y haber perdido un par de kilos. Me refiero a que todo lo demás también ha cambiado. Es imposible que una experiencia tan radical como un Erasmus no te transforme de los pies a la cabeza: ¿casi un año lejos de casa, escuchando una lengua extraña, sin tus padres y tus amigos de siempre, sin tu cama, el coche, o tu champú? Claramente te vuelves el reflejo mismo de la adaptación: aprendes a hablar otra lengua y a vivir echando de menos a los tuyos (Dios bendiga el Whatsapp), haces amigos nuevos con un par de palabras y unas sonrisas; llegas a tu cama tan cansada que no te importa que no sea la tuya, y te fastidia, pero superas el hecho de que la nevera no se autorellene sola en épocas de exámenes.

Juraría que ahora escucho mejor (efecto secundario de intentar descifrar acentos), corro más rápido (algo había que hacer para no engordar con tanta pasta) y he aprendido a canjear horas de sueños por tazas de café, porque hay demasiado que hacer, demasiado que ver, demasiado que vivir... y poco tiempo. Juraría que hasta ha mejorado mi alemán y que le he ofrecido alojamiento en Canarias a medio planeta Tierra...

Ahora que estoy casi al final de mi Erasmus, me debato entre tantos sentimientos encontrados que no sé expresarlos. Sigo echando de menos a la gente que me espera en casa, cada segundo que pasa más, y las croquetas (jopé, cómo hecho de menos las croquetas y el clipper de fresa). Pero también estoy empezando a extrañar a los nuevos amigos de los que todavía no me he despedido. A muchos probablemente no los volveré a ver nunca y el sentimiento de impotencia que eso genera es tan fuerte que a veces no sé si quiero volver o preferiría seguir de Erasmus para siempre. En la retina se me han quedado grabadas los rincones más bonitos de Venecia, Roma o Florencia, en el oído un par de dialectos... y en el corazón, ellos. Porque durante el Erasmus te das cuenta de que los que construyen tu experiencia única no son las ciudades más bellas del planeta, las fiestas o los aprobados por la cara (bueno, también) sino las personas con quienes los compartes... 

Y eso. Que hoy se cumplen nueve meses de mi Erasmus y me da pena poner por escrito que no habrá un diez. En dos semanas vuelvo a casa.


martes, 25 de junio de 2013

IRSE DE ERASMUS PARA DUMMIES (VOL. III)

Saliendo de Italia: más papeleo, cómo no.


A todos nos gustaría pensar que el papeleo del Erasmus se acaba en el primer mes, pero la realidad es que no es así. Acabas los exámenes, compras el billete para volver a casa.... y todavía hay que hacer papeleo. Menos, pero hay que hacerlo.

Estos son los pasos burocráticos que hay que seguir sí o sí antes de salir de Padua:

1) Rellenar el cuestionario online: la universidad de Padua te pide que rellenes un cuestionario valorando tu estancia en Padua. El maldito parece interminable, pero la mayoría de las preguntas se pueden responder a pito pito gorgorito, así que se puede hacer con la resaca post-exámenes sin problemas. Para rellenarlo, tienes que ir a la sección de Cuestionarios--> Cuestionarios generales dentro de la uniweb. Pasado un tiempillo te mandarán un correo electrónico a tu cuenta de email de la universidad de Padua con un comprobante (tarda unos 5-6 días en llegar así que no lo dejéis para el último momento). Necesitas imprimirlo.

2) Oficina de Relaciones Internacionales: con el comprobante de que has perdido 5 minutos de tu vida rellenando el documento de marras, vas a la Oficina Erasmus en el Palazzo del Bo. Lleva contigo el "Certificado de Salida" para que te lo firmen. Esto tienes que hacerlo el día antes (o un par de días antes de irte) porque te pondrán en los documentos la fecha del día en el que te vayas. Aparte te darán un certificado de la propia universidad que te servirá para presentarlo con el MODELO IV de la Beca del Cabildo de Gran Canaria, por ejemplo.

3) Transcript of Records: si eres estudiante de Medicina este paso lo llevas a cabo en la Secretaria Erasmus de la Universidad de Medicina. Si estudias cualquier otra carrera tienes que ir a las oficinas del Piovego. ësta es la parte más importante. Coges tu libretto dello studente y los certificados de prácticas y le sacas fotocopias a todo. Luego entregas a la Prof.ssa Paola Arslan el original del libreto y fotocopias de tus certificados de prácticas (los originales van para el coordinador de tu universidad de origen). Si tu libretto está tan jodidamente desordenado como el mío, te recomiendo que hagas una tablita en Word donde se lea claramente lo que has hecho. Así la buena mujer no tardará un siglo en traducir lo que haya ahí escrito. Aproximadamente una semana después lo recibirás en tu email.

Se me hizo pequeño el cartoncito =(

4) Dejar la residencia. La semana antes de tu partida es recomendable que le comentes la fecha al director de tu residencia para que esté el día que te vayas a ir. Ese mismo día el hombre le echará un vistazo superficial a tu habitación (límpiala) te dará un cheque de la cantidad de la fianza para que vayas a cobrarlo al banco. Yo dejo la residencia el lunes por la tarde. Mi habitación será revisada por la mañana para que me dé tiempo de ir al banco.


BONUS TRACK


  • Vender la bici. Es difícil vender la bicicleta en julio, más que nada porque casi todos los estudiantes que se van, tanto Erasmus como no Erasmus, tienen una bicicleta de la que deshacerse, pero no es imposible. Así que, si no te la han robado y aún tienes bici, y además eres de los que se van no muy tarde en julio (si te vas después del primer cuatri la vendes seguro) busca a alguien a quien se le haya roto la bici o se la hayan robado. Coméntale a tus amigos que tienes una bici que vender. Si alguno de ellos se topa con alguien huérfano de bicicleta te lo dirá. Yo vendí por 20€ una bici que me costó 25. Así que súper bien. Y ólo he tenido que quedarme sin ella un par de días. Pasear es sano, ¿no?
  • Cómprale un regalo a tu abuela, ¡que te dio dinero para el erasmus!.

domingo, 23 de junio de 2013

Yo apruebo y Padua tiembla

Me gustan los retos y soy masoquista y ésas son dos cosas a tener en cuenta al leer esta entrada. Como sabéis, mi examen de Neuro fue el martes, y mi examen de Digestivo era el jueves. Sinceramente, no tenía ninguna intención de presentarme. Iba a hacerlo en Julio. Pero una cosa llevó a la otra, me dio por echar de menos a la gente de casa, me dijeron "no hay huevos", o "venga, pa' las risas", y el jueves me presenté al examen escrito habiéndole dado una lectura en diagonal al miniCTO de digestivo. Lo justito para pasar el test. ¡Y tan justito! Si se aprobaba con 24, yo saqué 25. 

Lo gracioso empieza en el momento en el que me dicen que tengo el oral al día siguiente por la mañana y yo me doy cuenta de que mis conocimientos de Digestivo no pasan más allá de la cultura general. Así que compro un montón de RedBull, me siento delante de los apuntes y me paso unas bonitas 18 horas seguiditas memorizando patología tras patología (creo que no me pegaba semejante tute desde primero pfff). Voy al examen sin dormir, con una cara que da mucha pena y, tras tres horas de espera, me hacen el oral y la suerte me sonríe, porque el profesor me pregunta un tema que me sé muy bien y otro que se sabe hasta mi madre (¡Hola mamá!): cirrosis y sus complicaciones; gastritis.

En el momento en el que yo estaba siendo interrogada, al parecer, un pequeño terremoto sacudió Padua. Considerando que estaba rozando el coma, no me habría dado cuenta ni siquiera si el edificio se hubiera caído encima de mí. Pero es bonito saber que la ciudad se emociona con mi libertad.

Padua celebró el fin de mis exámenes temblando un poquito y yo, que soy una fiestera, comiéndome mi peso en helado y durmiendo mucho. Ahora, con dos semanas por delante antes de volver a casa, sólo me queda disfrutar de unas bonitas vacaciones en Italia.



sábado, 22 de junio de 2013

Una verdadera experiencia Erasmus

Siempre se oyen por ahí historias, rumores, LEYENDAS, de Erasmus a los que los aprobaron por la cara, por ser sencillamente Erasmus, o yo que sé, les decían que si aprendían el idioma estaban aprobados... Pero claro, eso tú lo escuchas, pero nunca, NUNCA, pasa... ¡HASTA QUE PASA!

Para quienes no lo sepáis (no sé qué clase de infancia habréis tenido en serio. Vergüenza debería daros), éste es Cerebro.
El lunes era mi examen de Neurología, para el cual prometo que estudié como una mula. Así que a las ocho de la mañana, con los treinta gradazos a la sombra que hacía a esa hora, me subí y mi bici y pedaleé hasta Mordor (L'Ospedale Sant'Antonio) para descubrir que al profesor le había salido una reunión y que no iba a poder hacernos el examen. Claro, ahí nos quedamos todos los Erasmus (porque era un examen sólo para Erasmus), cabreados, acalorados, berreando políglotamente... Y nos fuimos para casa a seguir estudiando. En la Universidad de Padua, esto de que te posponga exámenes sin avisar no es una gran novedad, pero en período de exámenes es una gran putada, porque te quita tiempo para estudiar otras asignaturas (luego os cuento mi emocionante aventura con Digestivo, toda una experiencia).

Al día siguiente, 18 DE JUNIO (la fecha es importante corazones) fuimos nuevamente a donde Cristo perdió las sandalias, temiendo que el Prof. Gallo nos diera plantón otra vez. Pero no, vino. Dijo que era su cumpleaños y que nos regalaba un 30 a todos. Y tan feliz.

Y eso, que ya tengo una anécdota 100% Erasmus para contar y que no parezca ni cierta =).


martes, 11 de junio de 2013

El Síndrome de Stendhal

El Síndrome de Stendhal es una enfermedad psicosómatica que causa taquicardia, vértigo, confusión, temblor, palpitaciones, alucinaciones... al ser expuesto a obras de arte especialmente bellas o cuando hay muchas de ellas juntas. También se le llama el Síndrome de Florencia... ¡Y CON RAZÓN!

Iglesia de Santa María Novella 
Catedral de Florencia
Catedral de Florencia
Fuente de Neptuno en la Plaza de la Signoria
Hércules y Caco en la entrada del Palazzo Vecchio
Copia del David de Miguel Ángel a la entrada del Palazzo Vecchio en la Plaza de la Signoria
Iglesia de Santa Croce
Jardines de Boboli
Jardines de Boboli
Cornucopia en los Jardines de Boboli
Jardines de Boboli
Panorámica de Florencia
Florencia
Interior de la Catedral
Ponte Vecchio
David de Migel Ángel
Pues mira, yo entiendo que te dé un chungo de esos en Florencia. La ciudad es preciosa en cada una de sus más pequeñas partes, desde las conocidas: il Duomo, il Battisterio, Ponte Vecchio, Piazza de la Signoria (con el Palazzo Vecchio, la Logia dei Lanzi...), Galleria degli Uffizi, Santa Croce, Santa Maria della Novella, los Jardines de Boboli, Piazzale Michelangelo... Hasta lugares más desconocidos como la Piazza dello Spirito Santo, jardines escondidos o una biblioteca con bar con vistas a la Catedral y donde te puedes tomar una Spuma Bionda (bebida no alcohólica típica florentina), el Cafè Letterario, para tomar un aperitivo al anochecer, bares donde puedes comerte por sólo 3 euros bocadillos gigantescos untados con el famoso aceite toscano...

Vistas desde el bar de la biblioteca
Poco se podría decir de Florencia porque las palabras no le hacen justicia. Si le quitas las partes de la ciudad con los McDonalds y los grafitis, Florencia es una ciudad para que te mueras sólo con mirarla. Parece como si el tiempo se hubiera parado en ella. Es alucinante.

¿El dolor de pies de patearla? Vale la pena. ¿Los 5 € de la entrada a los Jardines de Boboli? Amortizadísimos. ¿Las dos horas de cola para ver el David de Miguel Ángel? Se hicieron eternas pero haría el doble.

Encima tengo que decir que yo he tenido la inmensa suerte de ver Florencia bajo la guía de un florentino, que nos enseñó partes de la ciudad que los turistas suelen pasar por alto, y que además nos alojó totalmente gratis en SU CASA DE INVITADOS en Sesto Fiorentino, un pueblo encantador a diez minutos de Florencia donde se ambientó Pinocchio y que además es la sede de la Accademia della Crusca (la RAE italiana), que tiene unos jardines inmensos, tranquilos y muy bonitos. Sí, habéis leído bien, una casa de invitados en la Toscana. Él aún no lo sabe, pero se acaba de convertir en mi nuevo mejor amigo.

Jardines de la Accademia della Crusca en Sesto Fiorentino
Este viaje de tres días casi en el paraíso, sin oír hablar una sola palabra de español (ya que fui con amigas italianas) y escuchando música horrible en todas esas horas de carretera, probablemente haya sido uno de los mejores viajes de mi vida.

Recomiendo encarecidamente a todo el que pueda visitar la Toscana porque, lo dicho, yo no tengo palabras para contárosla. 

Besitos.
En Florencia hasta prohibir es bonito. Ainsss.

lunes, 10 de junio de 2013

Bajo el sol de la Toscana

En esta vida pocas cosas pueden ser más alucinantes que beber una taza de café observando amanecer entre las colinas de la Toscana, ver el cielo azul marino salpicado de centenares de estrellas volverse naranja y luego de un azul clarísimo, limpio, con jirones de blanco inmóviles entre las golondrinas. Pocas cosas más increíbles tienen que existir por encima de tener el sabor de Italia quemando sobre la lengua y el aire ligero de las afueras de Florencia en las fosas nasales. Que el verde de los olivos y los matices en los naranjos. Que respirar profundo, muy profundo, y beber más café. Que el sol que calienta, que broncea, pero no abrasa. Que olvidarse de las prisas. Que verlo todo en tonos dorados, porque la luz de la Toscana es dorada aunque no tenga sentido. Y beber más café, y maldecir por no haber traído contigo el portátil porque en ese pequeño de rincón del mundo, entre sombras y olores puros se podrían escribir las historias más perfectas del mundo.

Cerrar los ojos disfrutando de unos instantes en una definición bastante acertada del paraíso. Sonreír. Y terminar el café. 


De mayor me voy a venir a escribir novelas aquí.

domingo, 9 de junio de 2013

Oficialmente sé italiano

Después de ser capaz de mantener una conversación sólo usando las manos, después de entender a los pacientes con defectos en el habla de mis prácticas de neurología y ahora que sé diferenciar los acentos de las distintas partes de Italia... he decidido demostrar que oficialmente sé italiano. ¡Que a menos que me vaya de mayor a vivir a algún rincón de la Toscana (idea muy muy tentadora), no hablaré jamás mejor italiano que como lo hago ahora al final de mi Erasmus!

Hace un mes me inscribí para hacer el CILS (Certificazione di Italiano come Lingua Straniera) y el jueves hice por fin el examen. Ahora me quedan un par de meses para saber los resultados de la prueba, pero estoy bastante segura de que aprobaré =).

EL CILS es el certificado de italiano que da la Universidad de Siena y es reconocido internacionalmente. Aparte del CILS, otros exámenes oficiales de italiano son el CELI y el PLIDA. Digo esto porque el certificado que te da la Universidad de Padua cuando haces su examen después del curso te sirve poco más que como papel higiénico (o si quieres estudiar en su universidad, valeeee) pero fuera de la ciudad no tiene ninguna validez.

Hay varias sedes donde puedes hacer este examen en Padua, y probablemente haya alguna sede en tu ciudad (en Las Palmas hay, así que todo es posible). Hay dos convocatorias anuales: en Junio y Diciembre. En los otros títulos las fechas cambian un poco. Puedes hacer como yo y elegir según tu disponibilidad de fechas. Y ya,

El examen, es prácticamente igual a todos los exámenes oficiales de lenguas (el de Cambridge de inglés, el de la Goethe de alemán...): una prueba de lectura, una de comprensión oral, una de conversación, una de redacción y una de gramática.

Podéis encontrar ejemplos de todos los niveles de los exámenes --> aquí 

El examen se supone que se hace en 4 horas. Yo personalmente pude hacerlo en dos... Ahora que loo pienso quizás debería haber elegido un nivel superior... Mmmm.

EN FIN, besitos.



¡¡Tanda de Linksssss!!!

Información sobre el CILS de la Universidad de Siene: fechas, sedes... --> aquí
Información sobre el CELI de la Universidad de Perugia --> aquí
Información sobre el PLIDA de la Sociedad Dante Alighieri--> aquí