viernes, 1 de febrero de 2013

Haciendo trampas con la trauma

El cambio de examen inesperado de Hemato-Onco me fastidió bastante la planificación de los exámenes y tras hacer el examen de Reuma el miércoles decidí jugármela un poco para compensar la situación. En vez de presentarme el 14 de febrero a Trauma como tenía pensando me presenté hoy, tras haberme pasado la noche en vela leyéndome el temario y con tan sólo la primera mitad de los temas preparados decentemente.

Fui al examen, sin nervios, porque es lo que pasa cuando no te sabes el temario, que no tienes anda que perder y todo es ganar. Éramos casi 70 personas (aunque hicimos todos los exámenes en un par de horas porque había muchos profesores examinando). Me puse a hablar con la gente. Hice algunos principios de amigos. Me metí en la sala del examen con otros dos estudiantes italianos. Metí la mano en un vaso lleno de numeritos para sacar uno al azar. Vi de reojo que había pescado el 25, lo solté y cogí otro sin que el profesor (Berizzi) se diera cuenta (los numeritos estaban ordenador según el orden en el que se habían dado las clases y las posibilidades de que yo me supiera una pregunta del tema 25 eran bastante limitadas). Cogí el 2. Patología congénita. Displasia de cadera. Respondí con bastante decencia. Hablé durante un par de minutos y el profesor me dijo que me daba un 20 y que si quería más nota me la tenía que jugar con más preguntas. A pesar de que debo de ser tremendamente afortunada en el juego (si hacemos caso al dicho), no me la jugué. Un 20 está bien. Sin duda es mejor que suspender. Y la avaricia es una cosa muy fea.

PS: después de haberme pasado la noche sin dormir he llegado a casa y estoy explotando una sesión muy apasionada de insomnio gracias a la cual estáis disfrutando de mis relatos y yo me estoy poniendo al día con series atrasadas.

20 besitos con mucho amor.