miércoles, 22 de mayo de 2013

Echo de menos los días de lluvia

Jamás pensé que lo diría, pero es verdad: echo de menos los días de lluvia. Después de vivir más Diluvios Universales que en toda mi vida junta me empiezo a dar cuenta de que los días de sol están súper sobrevalorados, ¿y por qué? Pues porque a la gente le da por hacer mucho ruido cuando hace sol.

Me explico.

A veces, cuando no llueve, el jardinero viene tempranito a cortar el césped y los setos con algo con una maquinita que hace un ruido del demonio (que quieres que te diga, yo prefiero vivir en una selva indómita antes de que me despierten a las siete de la mañana). Y eso, que como es italiano y se toma las cosas con calma se ha pasado dos mañanas enteritas (enteritas son enteritas: 5 horas cada día) con con el cortacésped. Hoy no, hoy no ha venido él. Pero a las ocho, su primo el manitas se ha puesto a dar martillazos en el baño de enfrente de mi habitación.

Pero bueno, dejando las actividades de mantenimiento de la residencia a un lado, los días que hace bueno me tocan la moral desde que la residencia ha decidido organizar un campeonato de volleyball y otro de fútbol. En realidad es una tradición o algo así: cada año cuando se acerca el buen tiempo deciden ocupar TODAS LAS TARDES A TODAS HORAS las canchas de la residencia CON UN MONTÓN DE TÍOS GRITONES Y RUIDOSOS QUE NO SABEN CANTAR GOL BAJITO.

Si fuera una situación de un día vale, ¡pero ya llevan así un mes! ¡Miedo tengo a cómo será la cosa cuando estemos en Junio! [insertar aquí tic nervioso a la elección del lector].

Y vale, que yo puedo parecer un poco quejica y que es muy bonito disfrutar del buen tiempo, pero es que cuando tengo que estudiar le pierdo el gusto a los hombres en pantalón corto. Lo siento, es que no puedo. Tengo una jaqueca de campeonato por intentar memorizarme la clasificación de los timomas con los silbatos y los berridos de fuera (¡y cómo pa' no!) y encima como yo soy muy especialita y estudio mejor de madrugada (que todo está relativamente silencioso y hace fresquito), por la mañana duermo fatal por culpa del conserje y del maldito jardinero.

Así que he decidido aprender a hacer la danza de la lluvia y volver a mis días de silenciosas tormentas,  porque si no voy a empezar a matar a gente a montones.


Repito: el buen tiempo está sobrevalorado.

Deseadme suerte para mi examen de mañana. 


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