lunes, 22 de octubre de 2012

Mi primer día de prácticas

Hoy ha sido mi primer día de Erasmus de levantarme a las 6.30 para ir a prácticas (-Diosssss, qué torturaa, ¡pero si esa es la hora a la que se acuestan normalmente los Erasmus!! -Ya, lo sé, a mí me lo vas a decir). Por fortuna a las 7 de la mañana en la calle hace un frío tan polar que en los 15 minutos que tardo en ir en bici desde mi residencia hasta el Ospedale di S. Antonio (donde tendré prácticas de Chirurgia Colon Protologica durante las próximas dos semanas) se me congelaron el sueño, las legañas y las tonterías.

Ya en el hospital, vi amanecer desde la terraza del piso décimo sobre una panorámica perfecta y despejada de Padua y me olvidé un poquito de que era lunes.

También me ha ayudado a olvidarme de que era lunes la residente a la que me ha tocado perseguir por los pasillos. Mi "resi" se llama Maria "apellido impronunciable" y es como una bomba atómica de alegría y entusiasmo con patas. Me ha recibido sonriendo, me ha saludado con un abrazo, se ha pasado toda la mañana riendo (a pesar de haber tenido guardia todo el finde) y hasta le brillaban los ojillos entre paciente y paciente... ¡Cómo se nota que es residente de primer año y su amor por la cirugía es aún fresco y joven! Ainsss, qué bella es esta etapa de Luna de Miel antes de que todos los médicos se vuelvan unos bordes y unos amargadosss... ¡Ah, no! Espera, que eso sólo pasa en España... Que aquí me he pasado la mañana entera con un grupo enorme de cirujanos (unos 20) donde TODOS (desde el residente de primer año hasta el médico que podría ser mi abuelo) se han presentado, me han preguntado mi nombre (¡¡y se lo han aprendido!!), de dónde soy y hasta "qué quiero ser de mayor"; con un grupo de matasanos que me llamaban dottoressa, que me invitaban en la cafetería para demostrarme que, aunque no me gustase el café, el café italiano sí que sí que me tenía que gustar (no) y que me han dejado palpar hernias, auscultar, pasar ronda con ellos, quitar puntos, curar heridas y hablar libremente con los pacientes sin decirme "ponte en una esquina y no toques nada"; que me enseñaban a hacer las cosas con paciencia, una sonrisa y felicitaciones cuando hacía algo no del todo mal, como si tuviesen claro que yo no sabía nada y que estaba ahí para aprender, y no mirándome como si fuera un proyecto de ser humano medio retrasadillo que está ahí para estorbar.

En este hospital de Padova, donde de momento soy la única estudiante en un tirocinio, soy un poco como una estudiante y casi un poco como una "colega" más... Y además, he hecho más en mis tres horas de prácticas que en toda la semana que pasé el curso pasado en Cirugía en Las Palmas...

Estoy pensando que no creo que mañana me moleste demasiado el despertador a las 6... eso, y que a lo mejor no quiero volver nunca a España...

Ospedale Sant'Antonio di Padova
PS: nota importante. A hacer caca aquí también se le llama "andare di corpo". De nada.

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