jueves, 25 de octubre de 2012

Llevar un pijama de mi talla

Ir a quirófano es casi igual en todos lados. En Las Palmas, en Padova... las bases son las mismas: ponerse de puntillas sobre una plataforma intentando hacer equilibrios para ver algo del campo quirúrgico entre las manos de los cirujanos sin rozar el campo estéril.  ¿Las diferencias? Quizás que aquí el cirujano te explica cada diminuto paso de la operación y se detiene en cada fase para hacerse a un lado y dejar que te acerques casi a meter la nariz en el agujero que le han hecho al hombre en medio de la tripa. ¿Más diferencias? No hay música en los quirófanos, pero sí ventanas con vistas a los arbolitos (no sé cómo de bueno para mantener un ambiente estéril es esto de tener ventanas, pero la vista mola), la ropa de quirófano es azul en vez de verde y los gorritos verdes en vez de azules; pero la mejor, mejor, mejor de todas las diferencias es que aquí tienen pijamas de todas las tallas. Sí, de todas (desde la S a la XXL) y por primera vez en mi vida he podido ponerme un pijama de mi talla. Wiiiiiiiiiiiiii!

Amanecer sobre Padua desde la planta 10 del Ospedale Sant'Antonio 

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