miércoles, 6 de marzo de 2013

Roma, día 1: Veo veo, el Coliseo

Probablemente no me equivoco si afirmo que soy una de las pocas personas que se plantó al lado del Coliseo (del latín Colosseo, coloso, que quiere decir grande de narices). Porque sí, salí del metro en la parada del Coliseo y, pensando que no estaría justo a la salida de la boca del metro, seguí hablando y andando como si nada. Que sí, que yo soy así de observadora. ¿Os he dicho ya que quiero ser cirujana? ¿A que da miedo?

Ya cuando me dijeron "hey, Patri, mira, el Coliseo", como que lo vi. Ahí, grande, majestuosamente ruinoso (bastante bien está para haber sobrevivido a terremotos, incendios y saqueos) y plantado en medio de la ciudad como si no fuera un pedazo de historia de hace 2000 años.

El Coliseo romano

Hacía un día espectacular, de esos que te permiten ir por la calle en camiseta (cosa que normalmente no se puede hacer en Padua), aunque al parecer los romanos no entendían que el solecito y el pateo me diera calor y no paraban de preguntarme si no tenía frío... Pues eso, que hacía un día estupendo y el recorrido por el interior del Coliseo fue de lo más agradable, caminando por los márgenes de la "arena" y por las galerías paralelas, leyendo carteles sobre la historia del coloso y sacándome fotos en donde hace unos cuantos siglos luchaban los gladiadores, bestias y esclavos.

El interior del Coliseo
Desde el Coliseo vimos por primera vez el Arco de Constantino, un arco del triunfo que veríamos nuevamente en nuestro camino hacia la colina del Palatino, desde donde hay unas vistas nada desdeñables de Roma y donde hay una fuente de agua que según me han dicho es de las mejorcitas de Roma.  De camino al Palatino hicimos unas paraditas por el Circo Máximo (donde daban muchas ganas a tumbarse a tomar el sol), el Foro Romano, la Boca de la Verdad (que por cierto es una caca porque no me mordió), la Iglesia de Santa María in Cosmedin y el Secreto de Roma (que no os digo qué es porque es secreto shhhhhh, aunque si pincháis en el enlace lo descubriréis).

El Arco de Constantino
Vistas de Roma desde la Colina del Palatino. Al fondo el monumento a Vittorio Emanuele.
El Circo Máximo
El Secreto de Roma... ahí, al fondo, detrás de la luz. Yo no puedo deciros nada, que es secreto.
La Boca de la Verdad
Después retomamos nuestro paseo por las calles de Roma y nuestros pasos nos llevaron cerca del monumento a Vittorio Emanuele II (la máquina de escribir de Roma), el Teatro Marcelo, la Puerta de Roma o a perdernos por las encantadoras callecitas del barrio de Trastévere en busca de una pizzería que finalmente estaba cerrada. También paseamos por el Gueto, vimos la Sinagoga y la Isla Tiberina.



El Teatro Marcelo
La Puerta de Roma

La Fuente de las Tortugas
Monumento a Vittorio Emanuele
Y por fin, ya con el estómago lleno llegamos a mi parte favorito de la Ciudad Eterna: La Fontana di Trevi, un monumento impresionante, inmenso, todo blanco y tranquilo (si eliminamos mentalmente a las decenas de personas plantadas delante), donde el agua cae tranquila y la gente tira monedas para asegurarse la vuelta a Roma. No sé por qué ésta es la parte que más me gustó de una ciudad que es a ratos muy mágica, pero es así. Me gusta la riqueza de detalles del monumento, que sea muy muy grande y no sé, quizás que impresiona más en persona que en película (con el Coliseo me pasó al revés por ejemplo).


La Fontana di Trevi

Las monedas en la fuente deben tirarse con la mano derecha por encima del hombro izquierdo.

Una moneda para regresar a Roma.
Dos monedas para enamorarse de un italiano.
Tres monedas para casarse con el italiano.
Lo que se recauda de la fuente (que ronda los 3.000€ diarios) se dona a Cáritas.
Después de la Fontana y de comprar unas camisetas de I LOVE ROMA y un par de postales, como buena turista que soy, nos encaminamos hacia el Panteón, donde pude plantarme debajo del agujero de su cúpula a  imaginarme cómo sería el panorama si alguna vez nevaba o cuando tiraban pétalos de rosa por ese hueco en Pentecontés (bueno, en realidad, existiendo Youtube tampoco tengo que imaginármelo).


El Panteón

... Y me tiré en la cama y entré en coma =).




2 comentarios:

  1. No podia dejar de comentar esta entrada: cuando visite el Panteon haciendo vimos como un "iluminado" entraba, se desnudaba y se tumbaba haciendo el cristo bajo un haz de luz celestial q provenía del hueco del techo. Todo muy místico hasta q vinieron los carabinnieri (o como se diga) y se lo llevaron a rastras... xD

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    1. ¡Vaya! ¡Pues yo me perdí la diversión entonces! ¡Sólo vi turistas normalitos! =( jajajaja

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